Cosmovisión Andina
AYNI
Edgar Huancahoque Nieto
Es la forma de instinto de carácter solidario pero que es a la vez recíproco, con la finalidad de mantener la integridad de toda forma de vida. Es decir, de que vale que yo sea muy solidario; y que las personas que les ayudé no lo sean conmigo; La espiritualidad andina significa, que debo retribuir a toda forma de apoyo o alimento biológico y espiritual que me llegue a fin de mantenerme armónico dentro de la naturaleza andina, es decir, debo retribuir, a las personas y a la naturaleza (a las personas porque recibo apoyo emocional o en fuerza de trabajo y a la naturaleza porque en los andes se vive de la producción de la pachamama, o de la producción agropecuaria). En conclusión, el ayni está instituido espiritualmente en la conciencia del hombre, que conduce a la forma recíproca de convivencia no sólo social sino con la naturaleza que le rodea.
El ayni puede ser moral: porque distingue lo que es bueno de lo malo, lo que debe hacerse de lo que debe evitarse.
Es natural: porque es propio del hombre andino, es la esencia de la conciencia del hombre quechua.
Entonces puedo decir, que el hombre andino comparte el mismo principio interior o espiritual de solidaridad recíproca, del que surge el anhelo de la humanidad andina de mantener intacta el mundo quechua. Un ejemplo palpable con la naturaleza es, si queremos vivir con bastante agua dulce entonces no provoques el calentamiento del mundo. Los nevados (con la desglaciación preocupante) a gritos nos estarán diciendo, oye si no quieres que me acabe, entonces no me hagas daño con la contaminación.
Reglas de oro:
- Has con otros, lo que desearías que hagan contigo.
- “todo lo que se hace, tiene eco del infinito”
- “la acción negativa hacia tu prójimo, es también a la humanidad”, por consiguiente, el peor castigo que recibe uno, es la represión coercitiva de la humanidad; y, la peor cárcel andina es el peso de la conciencia. (el cárcel de la conciencia es sempiterna, ejemplo, el hurto perfecto que cometiste y que nadie sabe;, empero el remordimiento de tu conciencia será eterno).
- “El pensamiento es una fuerza electromagnética, que llega a quien se dirige, e inevitablemente retornará tal como se ha formulado, porque el cerebro capta el origen del pensamiento”.
- El pensamiento sea positivo o negativo, se convierte en ida y vuelta entre los individuos que se destinan los pensamientos, hasta que se agudicen sea positivo o negativo, es decir, en el amor será el enamoramiento y en el odio pueda ser resultados fatales, delictivas generalmente.
Hay una ley verdadera, recta razón conforme con la naturaleza, presente en todos, constante, sempiterna; que no puede ser disuelta por ninguna revolución ideológica; ni siquiera abrogada, por ordenamientos hechos por el hombre; ese es el ayni, el verdadero espíritu de las leyes, cuya esencia es la reciprocidad de cualquier acción. (en la vida todo es con retorno).
El Ayni, es una forma de vida moral natural que ofrece un principio general, el vaivén de toda acción deseable y buena, para el quien quiere descubrir la libertad espiritual.
CARACTERÍSTICAS: es universal, inmutable, eterna, independiente de los estilos consuetudinarios, y lo más importante, es recíproco.
AYNI: Es una ley inmanente a la razón del ser humano, que de ésta depende su desarrollo, su espiritualidad y su inmortalidad.
El problema es que somos permanentemente contaminados y hecho costumbre con las acciones amorales que están impregnadas en nuestros actos; pero sí podemos cambiar conociendo los beneficios inmortales que nos traen estas leyes naturales o el AYNI ANDINO.
Es Jesucristo quien eleva el postulado de Confucio de manera extraordinaria al expresar lo siguiente: “tratad a los hombres de la manera en que vosotros queréis ser de ellos tratados” (Lc 6, 31). Ya no es el mínimo de “No hagas nunca a otros lo que no quieres que te hagan a ti”, sino: haz con otros lo que desearías que hicieran contigo.
El ayni, es una forma de convivencia amalgamado por la sensibilidad del corazón, para encontrar la espiritualidad y el desarrollo humano.
El ayni para los andinos es universal e inviolable que no pueden renunciarse por ningún concepto. Está inscrito en la conciencia moral, que se manifiesta mediante la sensibilidad del corazón del hombre;
“En lo más profundo de su conciencia el hombre descubre una forma de vida que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, llamándole siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal (…) El hombre tiene un ordenamiento inscrita por la naturaleza en su corazón (…) La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con la naturaleza, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella”
el ayni es fuente y juez de todo bien, así como el sentido del prójimo como igual a sí mismo
El ayni, presente en el corazón de todo hombre y establecida por la conciencia, es universal en sus preceptos, y su autoridad se extiende a todos los hombres. Expresa la dignidad de la persona y determina la base de sus derechos y sus deberes fundamentales”
El ayni, no se puede borrar de la conciencia, ni arrancar del corazón del hombre. “el ayni, obra maravillosa de la naturaleza, proporciona los fundamentos sólidos sobre los que el hombre puede construir el edificio de las normas morales que guían sus decisiones. Establece también la base moral indispensable para la edificación de la comunidad de los hombres. Finalmente proporciona la base necesaria a la ley civil que se adhiere a ella, bien mediante una reflexión que extrae las conclusiones de sus principios, bien mediante adiciones de naturaleza positiva y jurídica”
Pues hay dos caminos en nuestras acciones de nuestra vida, una moral y la otra amoral, la primera que conduce hacia la espiritualidad y la segunda hacia la desgracia.
La conciencia moral pertenece al fenómeno que ordinariamente llamamos “conciencia”, y significa en su sentido propio “con ciencia” (cum scientia, esto es, con conocimiento; que Cicerón y Santo Tomás de Aquino le dan el sentido de “conciencia común con otros”, esto es, se trata de algo objetivo que todos poseemos, aunque, por otro lado sea subjetiva también por ser de cada uno; distinta de la conciencia psicológica, esto es, la noción de que existo).
El ayni, es el sentido consuetudinario andino, de obrar hacia el bien.
La conciencia moral es un juicio del entendimiento práctico, es la misma inteligencia que juzga a base de la reciprocidad o ayni.
La obligación de seguir la propia conciencia moral, deriva del hecho de que el obrar humano es un obrar en base a la razón del significado de ayni. Seguir la propia conciencia moral no significa simplemente hacer lo que nos parece bueno, sino aquello de lo cual se está seguro que es lo verdaderamente bueno.
La libertad de conciencia es un bien humano; es un estado de conciencia sin deuda de reciprocidad; es un estado de conciencia pura, libre de represión social y libre del peso de conciencia. Ejemplo: si odias a alguien de por sí, es por que el te odia; pero no devuelvas con el mismo odio porque el odio que devuelves otra vez te regresará y así se puede mantener en vaivén hasta que pueda ocurrir de repente cosas más graves y; si mantienes ese rencor te afectará en las actividades que realizas a parte de su salud integral; por lo que es mejor iniciar con tranquilizar y darle perdón o perdonarse simplemente por medio del pensamiento y conciencia, entonces paulatinamente bajará el odio o rencor entre las dos personas. Y, la conciencia contaminada de acciones negativas, repele o rechaza la abundancia, rechaza la felicidad que debe entrar a tu hogar, rechaza ese cariño que debe entrar hacia ti, por lo tanto hace que caigas al olvido dentro de la humanidad. Con la conciencia pura o con libertad espiritual, brillaras como el sol, la abundancia te colmará y tu nombre se eternizará en la vida.
El instinto de juicio de la razón, de querer disfrutar la vida, de ser alguien reconocido, de querer perennizarse en la historia humana; es el ayni.
Para el ayni no hay prescripción, no hay derogatoria, no hay impunidad, no hay plebiscito, no hay presunción de inocencia; su aplicación es infalible en la naturaleza humana.
Toda ley positiva, es inspiración del ayni;
Hablar del ayni es hablar de unos principios morales básicos, cuya vigencia no depende de ninguna autoridad política o eclesiástica, pues precede a una y a otra. Podríamos decir que el ayni la llevamos puesta, por el solo hecho de ser humanos. Constituye la base para un auténtico «diálogo de civilizaciones”; esta podría ser la razón de la expansión del Tawantinsuyo.
La mayor parte de nuestros desacuerdos son la materialización práctica en unas determinadas circunstancias, vencidos por las acciones amorales. No discutimos acerca de si hemos de ser justos o no. Discutimos sobre la justicia de esta operación financiera, de esta reducción de plantilla. No discutimos sobre la necesidad de la seguridad ciudadana: discutimos sobre si se puede comprar la seguridad al precio de la injusticia. No discutimos sobre el derecho de ciudadanía; discutimos sobre los criterios que en un determinado momento histórico definen la condición de ciudadano… Entonces entramos en terrenos más complejos, y en los que, además, llevados por nuestros intereses, podemos engañarnos a nosotros mismos con bastante facilidad; por lo que tarde o temprano se tendrá que pagar.
La ley natural no hace superflua –¡al contrario!– la discusión racional sobre los asuntos que nos conciernen a todos, porque afectan tarde o temprano a la calidad de la convivencia. (En este sentido, es muy de lamentar el bajo nivel del debate político y social, donde las razones quedan sistemáticamente sepultadas bajo la demagogia y las estrategias de manipulación).
El ayni no sólo funciona entre los seres vivos, el ayni funciona con la naturaleza. Pues si tú no lo cuidas bien tus terrenos y produces erosiones, incendios, lo contaminas con productos químicos; la tierra ya no te va ha producir como debiera producir. Una rosa en tu huerto, cuál es el objetivo de una rosa en tu huerto, pues es darte esa belleza a tu hogar además de la fragancia que emana para que seas bendecido y te comportes espiritualmente , empero si no lo cuidas, si no la riegas, pues se marchita, entonces te dirá “cómo quieres que te dé ese frescor, la aroma y la belleza que deseas, si no haces nada por mi?.
El ayni, junto al idioma quechua, constituye la base para un auténtico diálogo de civilizaciones, por ello es que ha obrado milagros para que la cultura inka se expandiera por todo el tawantinsuyo; quien sabe que este estado soberano inka, hubiera sido una potencia en cuanto a la espiritualidad en el mundo, lástima que en un principio los invasores nos contaminaron con un tipo de vida básicamente del egoismo, que hasta ahora arrastramos junto a nuestro subdesarrollo.
Asi que comencemos a convivir con el ayni, todo lo que les digo es verbo, pero ahora hayque llegar a la acción, lamentablemente estamos fuertemente contaminados por el egoísmo, lo que hace casi imposible actuar de una vez por todas en el ambiente de ayni, pero lo más importante es comenzar ha actuar. En la historia habido muchos hombres a parte de nuestros antepasados quienes intentaron vivir regido por las leyes del ayni; uno de ellos es el gran padre yo diría de la ley natural “Jesucristo”, como la canción que dice, Jesús no es verbo, Jesús es acción; él actuó hasta dar su vida por defender el derecho natural en beneficio de la humanidad; otro ejemplo es de Mahada gandi, y así podemos nombrar a muchos hombres que amaron a la humanidad y no a sus bolsillos como ahora lo hacen. Y ahora son eternos, su nombre será por siempre un ejemplo de bienestar espiritual.
Vida subliminal del inka.-
Me quedé aquí
Para que la democracia no se corrompa.
¿Es compatible la ley natural con la democracia?
La legitimidad moral de un régimen depende de si salvaguarda o no efectivamente el bien humano. Y esto no puede hacerse sin respetar el ordenamiento natural. Ésta es un ordenamiento no escrita, pero ha de inspirar las leyes escritas.
Es cierto que la fuerza normativa de la ética procede de la razón, pero eso no significa que la naturaleza no tenga nada que decir en ética.
Obrar bien requiere introducir orden en nuestros actos y deseos, para lo cual es indispensable preguntar a dónde nos llevan nuestras inclinaciones, anticipar sus fines, sus objetos, y valorarlos, todo lo cual es una obra de la razón.
Siguiendo al Aquinate, nuestro autor añade al intelecto y a la voluntad las inclinaciones naturales, en virtud de que el bien es el fin de todo lo que el hombre busca. Las inclinaciones naturales «se agrupan en tres clases: a) inclinación a la conservación propia, según la naturaleza; b) inclinación a la conservación de la especie por la procreación y educación de la prole; y c) finalmente, inclinación al bien, correspondiente a la naturaleza racional, como el vivir en sociedad».
El ayni se funda en la conciencia espiritual porque es la que conoce el bien y mueve a la voluntad hacia su acción propia: obtener realmente el bien. «El bien, dice Beuchot apoyado en Santo Tomás, es lo que todos apetecen, pues el bien tiene razón de fin; por eso, el primer principio práctico es que el bien ha de ser procurado y el mal evitado».
El Ayni, hace que no exista el peso de la conciencia o el remordimiento del hombre, que es la peor cárcel, o la peor desgracia que existe en la razón del hombre en contra de la libertad de su espíritu.
Preceptos de la inteligencia infinita del hombre.- Ayni.- regla general de la razón
Pueda que el ayni, no sea eficiente en controversias no razonables reñidas instantáneas; pero siempre lo es en algún momento. (respuesta a thomas hobbes, por qué obedecer “no matar” si el otro quiere matarme), si he provocado con una razón fuerte, por lo que el otro me quiera matar entonces el ayni se me viene encima. Empero, si por el ayni convivo con una mentalidad espiritual, entonces por qué motivo me querrán matarme?. El derecho positivo es una norma de coacción.
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